miércoles, 30 de agosto de 2006

Sandgrouse

Cuenta una vieja leyenda que un hombre solitario, el cual venía de una expedición en las tierras del norte de Asgard, decidió atravesar el desierto... "Cosa de actitud" -dijo él- pero al llevar menos de un tercio del camino recorrido, el hambre y la sed trabajaban por hacerlo desfallecer, lucha que cada día daba más y más frutos.

Cuando ya pensaba en rendirse y dejarse vencer por la inminente muerte, de lo más esponjado del cielo emergió un ave, bajó frente a él y se posó en una de las filosas espinas del cactus que le otorgaba penumbra.

- Hola pequeño amigo... ¿Vienes a verme morir?.
- Yo no soy igual que los buitres.
- Claro, claro... Entonces, solo vienes a reírte de mi desdicha.
- Yo no soy igual que las hienas.
- Ja!... Entonces vendrás a mostrarme cual ha sido mi grado de soberbia y restregármelo en la cara, ¿No es cierto?.
- Yo no soy de tu manada.

Las horas pasaban y en el silencio del desierto se podían escuchar los últimos jadeos del viajero.

- Concédeme mi último deseo, por favor...
- ¿Cuál es?.
- Saber como te llamas... Saber el nombre de tan extraordinaria ave que es distinta de los buitres y de las hienas, que se diferencia de mi salvaje manada...

El Sandgrouse mirándolo con ternura y compasión, respondió:

- Tu corazón lo sabe, pero tu amor al abismo te hace quedar tan ciego, que no te permitiste mirar más allá de un simple plumaje, ni poder ver mis alas que durante horas cobijaron fuentes de la más pura y refrescante agua... Lo siento.



La majestuosa ave emprendió el vuelo, mientras el viajero se desplomaba entre suplicas de perdón y llantos.


Gracias por leer... Tengan todos un buen día.

miércoles, 23 de agosto de 2006

El Pago del Mundo: Mi Cigarrito y el Sistema

Ayer tuvimos una de esas conversaciones profundas, de esas que deseamos volver a vivir una y otra vez, en las que abro mi alma de amigo y dejo los prejuicios en el ropero. Yo hablaba y hablaba, mientras tu bailabas y te confundías con el resto del aire.

Estaba tan cansado, tan asqueado de este mundo triste, grisáceo fulminante, donde mientras más te rodeas de personas que canjean títulos vencidos, más solo te sientes. Tu ardías en silencio, solo me escuchabas, un espectáculo realmente soberbio y yo te preguntaba que hacía acá, si el sol que me alumbra es el que debiera, o si solo son errores dentro de un plan auto-denominado perfecto.

Viendo tu danza circular y violenta, única e inimitable, recordé una millonada de sueños botados, te los conté todos, te conté de mis esperanzas y la fe en quien camina, te hablé de la insensatez de un deseo y también recordé cuando éramos dos, cuando corríamos por la playa buscando nuevas lunas, pero lo inevitable llegaba y debía también recordar mis lágrimas, ese tiempo en que sufría y añoraba... Añoraba el verte sufrir.

Cuando tu transpiración salía de mis pulmones y me abrazaba, te decía: “Siempre que me he negado a rebajarme al precio que exige el mundo, a ser esclavo del plástico, la moda y el consumista interno, a ser terrible, horrible y medio muerto, solo he logrado miradas indiferentes, insultos y desprecios” y mientras tu olor me embriagaba de locura, solo una idea azotaba mis neuronas... ¿Qué me ha devuelto este mundo vacío?.

Y a ti... ¿Te ha devuelto algo?.

Sigue mi ejemplo y remátate el mejor postor.


Posteen o les saldrán cálculos renales del porte de una pelota de golf.

Saludos, que tengan un buen día.

miércoles, 16 de agosto de 2006

El Mundo en el que Vivo

¿Por qué te preocupas por mi?, tengo todo lo necesario para emborracharme de empalago a diario... ¡Já, a diario¡, ¡Al ritmo de relojes militares, si lo dicta el remordimiento de la conciencia!.

Veamos...

Tengo mi propio Muro de Berlín, digamos una vaga copia de mi Muralla China, pero este tiene puerta y ventana, la puerta es para dejar pasar a los morbosos y la ventana constituye una salida VIP para los crudos gritos de tortura.

Tengo mi propio establo de maderas nativas, perfumado con penetrantes inciensos químicos, esponjado con plumas de finas palomas y adornado con papeles que quizás alguien se dió el tiempo de leer... ¿Más lujo?, ¡No, por favor!, no entiende que me hostigo.

Tengo mi propia cajita de barras y puntos (puntos y barras), me mantiene ocupado por las noches, me aventuraría incluso a decir que fomenta mi estudio de la filosofía moderna. Dentro de ella, me doy el tiempo (¿?) de revisar mi viejo libro de asistencia, donde archivé las tarjetas de entrada/salida desde los cuatro años, cada una con hora, fecha y la lista de la manada, el cardumen y la piara.

Tengo mi propio tragaluz donde miro al mar, siempre se mantiene quieto y eso me calma de vez en cuando... Pero, cuando las estrellas caminan directo a los precipicios, comienzo a pensar que se soltó la correa de cuero del bozal del cordero. Y en esos instantes, te lo confieso a ti y solo a ti, comienzo a llorar.

Tengo mi propio teléfono donde suena una música de espera tan tibia, que deseas que jamás te contesten para poder seguir sumergido en intestinos de animales domésticos... Pero de pronto termina, se acaba, muere, se d esvanece, cesa, desaparece, se entierra y se olvida, cuando de la esquina emergen escritos de paz y alegría.

Claro... Debes agregarle un caballo anfetaminado, cadenas a prueba de balas, una cab aña en la punta del Everest y las hectáreas de bosques violadas de Gabriela Mistral... Pero confía en mi, suena realmente bien.
¿Lo ves?, todo lo necesario... Así que de nada debes preocuparte.

¡Este es el mundo en el que vivo!, duro como mis huesos... Es lo que veo alrededor de este envoltorio de plástico, lo que respiro a diario.


Posteen o cuando viajen largas horas en bus, sufrirán las más indescriptibles diarreas fulminantes.

Gracias a los que se dan el tiempo de leer, y saludos especiales para los que se dan la paja de postear... Es lo que me anima a seguir.

Saludos, que tengan un buen día.

miércoles, 9 de agosto de 2006

Pañuelo de Lágrimas Ajenas

Hace un par de años encontré una paloma herida, tenía sus alas rotas, un plumaje sin brillo y las garras sin filo. La cuidé y sané durante 10 meses, alimentándola, protegiéndola del frío y la lluvia del grisáceo Puerto Montt. Le entregué todo lo que tenía y un poco más, cuando ya estuvo sana y fuerte, la dejé ir, pensando en mi interior que si volvía es porque era mía, al menos, así me lo había prometido... Nunca volvió.

Caminando por mi ciudad antigua y ajena, entre multitudes de vidas atrofiadas, la veo en una plaza, cerca de una banca, luchando con otras palomas por alimentarse, pero sus intentos eran inútiles, las otras aves acostumbradas al calor y las migas de pan ofrecidas por los ancianos, eran mucho más fuertes y lograban apartarla.

La reconocí de inmediato, no había cambiado en nada, seguía siendo frágil y asustadiza. Pero yo, yo sí había cambiado, era distinto, ya no me conformaba con cuidar palomas y liberarlas, ahora deseaba que sanaran a mi lado y que me acompañen en la vejez, díganme egoísta si quieren, pero ya he sufrido bastante por palomas que terminan alegrando vidas ajenas.

La llevé a mi casa, estaba muy mal, más que la primera vez, por lo menos antes sonreía de corazón. Pasaron los días y se veía hermosa, su recuperación había sido espectacular, muy rápida y con éxito. Cuando la arropaba por las noches y le decía lo bien que estaba, siempre me decía que era gracias a mi y todo lo que la amaba, que ella jamás me dejaría solo.

Ustedes no entienden, ella es distinta, tan especial que no me atrevería a pedirle que se quede a mi lado, porque es de espíritu libre, es como el viento, y sé que encerrada solo terminaría detestándome, y Dios sabe, que es lo que más me dolería en el mundo.

Hace unos días voló a mi ventana y me contó que ahora otro la cuida... Un “otro” tan igual a los que la han dañado antes, que no disimulé mi rabia, grité y la maldije, le prometí que si la vuelven a dañar, yo ya no estaría para curarla. Ella no entendía nada, movía su cabeza sin saber que hacer, sus ojos se humedecieron y voló lejos.

Hoy llegó a mi ventana, no me pregunten como, estaba tan mal que apenas se podía mantener en pie... Ahora la cuido y la alimento, con tanta dedicación como la primera vez, díganme estúpido si quieren, pero yo creo que así es el amor.


Posteen o tendrán sueños con Sarita Vásquez en topless.

Saludos, que tengan un buen día.

viernes, 4 de agosto de 2006

¿Porque NO debes tener un blog?

"Tire la Cadena" pretende ser un espacio nuevo, creativo y de una propuesta muy interesante y distinta... lamentablemente no lo es. Simplemente es otro blog igual a 100 mil que rondan por internet.

Ese es el principal motivo para no tener un blog, ¿Para que repetir lo mismo que sale en 100 mil y un otros espacios?, ¿Para que ser igual a otros 100 mil y dos internautas que creen que publicando que son virgenes a los 25 años, una mina los va a encontrar "tiernos"?, ¿Para que ser igual a otros 100 mil y tres intelectualoides que hablan de la fauna política, y critican a especímenes como Michele Bachelet, si todos sabemos que está gorda y eso le hace mal al país?.

No pretendo erradicar la pobreza, encontrar la cura para la celulítis crónica, ni mucho menos llamar a Pasiones para reconociliarme con mi novia. Solo quiero tratar de sacarles una sonrisa y hacerlos reflexionar, siempre basandome en el pensamiento racional y crítico de como veo el mundo.

Más adelante se vendrán entradas con textos para reflexionar, para enamorarse, para llorar y no descarto la posibilidad de poner algo para que se masturben frente al monitor del PC (Si te ries, es por que lo has hecho).


Posteen o llenaré su correo de fotos de Vivi Kreutzberguer en pelotas.

Saludos, que tengan un buen día.