Cuando estés acá, tan cerca de la fragilidad, tu tiempo será eterno para sentir a cada instante la locura que nos desarma, pétalo a pétalo, beso a beso. No habrá tiempo para los necios, ni para los que temen entregarse a tu risa, mucho menos para los que miran de reojo a una lágrima en fuga.
Cuando estés acá, tan limpio y sereno, tu vida desfilará frente a tus ojos y sabrás reconocer la desnudez que nos empuja, la que nos ha embellecido con fulgor. Caminante de senderos perdidos, sé que vendrás a conocer el alba que desbordará nuestros sentidos.
Cuando estés acá, tan lleno de ti, serás el que lance los miedos al vacío y respire los nuevos tiempos, serás el resplandor que nos proteja de la lluvia. Te volverás uno con todo lo que nace de la tierra... Finalmente invocarás el sacrificio materno y nacerá, después de la tormenta, la piedra que nos eleve a una nueva libertad.
Cuando estés acá, lo sabrás.
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